Un abordaje integral del estrés que permite la experiencia de estados de relajación profunda, la adquisición de herramientas para el manejo funcional y productivo del estrés, además de técnicas de incremento del Bienestar Personal para un vida plena y feliz.
Salud Integral
Tuesday, August 17, 2010
Tuesday, August 10, 2010
Monday, August 9, 2010
Monday, August 2, 2010
Ir al psicólogo...? Pero si yo no estoy loco
Tradicionalmente la psicología se ha dedicado a trabajar con el malestar de las personas, buscando que el sujeto salga de su estado adverso o patológico para volver a un estado de normalidad. Según indica el Dr. Martin Seligman, desde la Segunda Guerra Mundial, la ciencia de la psicología se ha dedicado casi exclusivamente a la identificación, diagnóstico y tratamiento de la enfermedad mental.
Si se considera que una ciencia se dedica casi exclusivamente a atender a personas que tienen dificultades que muchas veces por malinterpretación cultural, son reprochables moralmente, es comprensible que se asocie la atención psicológica con estados problematicos y problemas morales en las personas que recurren a esta. En muchas oportunidades, la gente responde a la posibilidad de atenderse psicoterapeuticamente con enunciados similares a los que titulan este artículo. "Ir al psicólogo?... pero si yo no estoy loco", define muy bien como la gente asocia la psicoterapia con patologías que el lenguaje popular utiliza frecuentemente pero que no comprende apropiadamente, como la muy popular e inexistente "locura". Aunque cómico, es comprensible que la falta de conocimiento acerca de una patología haga que el público asocie cualquier comportamiento anormal con la etiqueta que más fácilmente le calze. La famosa locura, o psicosis, es una patología que rara vez se atiende en psicoterapia ya que el paciente sufre de una condición incapacitante que no le permite asumir un proceso de cambio voluntario y deliberado de su estado de salud, forma de relacionarse con los demás, de control de sus pensamientos y emociones y comportamientos. De todas formas, es comprensible que si un profesional se dedica a atender los problemas de la mente y la "locura" es eminentemente un problema de esta naturaleza, se asocie el ejercicio de esta profesión con esta única condición.
Este fenómeno que aquí se describe es facilmente comprensible ya que como se dijo previamente, la psicología se ha dedicado a atender el problema y poco se ha hecho para potenciar el crecimiento, la plenitud y la felicidad de las personas.
Recientemente, alrededor hace de 12 años, la psicología ha experimentado el surgimiento de una nueva corriente, una que se está dedicando a las emociones positivas, las fortalezas, el compromiso, la fluidez y el sentido en la vida. Se habla de la Psicología Positiva, un nuevo abordaje que aunque también atiende las dificultades descritas, se centra en los aspectos positivos de la vida de las personas, procurando que dichas áreas fuertes sirvan de andamiaje para la rehabilitación de las áreas de dificultad, pero no únicamente es esa su finalidad. En si misma, la Psicología Positiva busca que las personas puedan vivir a plenitud, ser felices y de esta forma, los sujetos de intervención no son los enfermos o personas problemáticas, locos en todo caso, sino que todos los seres humanos podemos y debemos hacer esfuerzos para estar mejor cada día, crecer y hacer crecer a nuestras familias y grupos sociales.
Si se considera que una ciencia se dedica casi exclusivamente a atender a personas que tienen dificultades que muchas veces por malinterpretación cultural, son reprochables moralmente, es comprensible que se asocie la atención psicológica con estados problematicos y problemas morales en las personas que recurren a esta. En muchas oportunidades, la gente responde a la posibilidad de atenderse psicoterapeuticamente con enunciados similares a los que titulan este artículo. "Ir al psicólogo?... pero si yo no estoy loco", define muy bien como la gente asocia la psicoterapia con patologías que el lenguaje popular utiliza frecuentemente pero que no comprende apropiadamente, como la muy popular e inexistente "locura". Aunque cómico, es comprensible que la falta de conocimiento acerca de una patología haga que el público asocie cualquier comportamiento anormal con la etiqueta que más fácilmente le calze. La famosa locura, o psicosis, es una patología que rara vez se atiende en psicoterapia ya que el paciente sufre de una condición incapacitante que no le permite asumir un proceso de cambio voluntario y deliberado de su estado de salud, forma de relacionarse con los demás, de control de sus pensamientos y emociones y comportamientos. De todas formas, es comprensible que si un profesional se dedica a atender los problemas de la mente y la "locura" es eminentemente un problema de esta naturaleza, se asocie el ejercicio de esta profesión con esta única condición.
Este fenómeno que aquí se describe es facilmente comprensible ya que como se dijo previamente, la psicología se ha dedicado a atender el problema y poco se ha hecho para potenciar el crecimiento, la plenitud y la felicidad de las personas.
Recientemente, alrededor hace de 12 años, la psicología ha experimentado el surgimiento de una nueva corriente, una que se está dedicando a las emociones positivas, las fortalezas, el compromiso, la fluidez y el sentido en la vida. Se habla de la Psicología Positiva, un nuevo abordaje que aunque también atiende las dificultades descritas, se centra en los aspectos positivos de la vida de las personas, procurando que dichas áreas fuertes sirvan de andamiaje para la rehabilitación de las áreas de dificultad, pero no únicamente es esa su finalidad. En si misma, la Psicología Positiva busca que las personas puedan vivir a plenitud, ser felices y de esta forma, los sujetos de intervención no son los enfermos o personas problemáticas, locos en todo caso, sino que todos los seres humanos podemos y debemos hacer esfuerzos para estar mejor cada día, crecer y hacer crecer a nuestras familias y grupos sociales.
Thursday, July 29, 2010
Objetivos de la Psicología Positiva
La corriente de la Psicología Positiva tiene objetivos bien establecidos que se dedican especificamente al logro de la plenitud en la vida, más allá que la mera atención o "curación" de los malestares o síntomas que afectan la vida de las personas. La felicidad, el compormiso o fluidez, en sentido en la vida y el florecimiento del individuo en todas las áreas de su vida son los claros propósitos que este innovador abordaje define para lograr un mejor vida.
En Physio, nuestro principal interés es la salud integral más allá de las manifestaciones de las dificultades de adaptación que nuestro organismo sufre circunstancialmente en distintos momentos y que se conoce tradicionalmente como enfermedad, discapacidad o padecimiento.
Nosotros creemos que el organismo, como una estructura intradependiente e interdepediente requiere de intervenciones integrales que atiendan conjuntamente el cuerpo, la mente, la vida social, la ocupación y el desarrollo del ser humano.
Psicología Positiva
El Dr. Martin Seligman, Presidente de la Asociación Americana de Psicología (APA) en 1998, y creador de la teoría del desamparo aprendido, reflexiona durante su gestión como presidente de dicho organismo acerca del estado de la psicología a nivel mundial, considerando que el enfoque médico o patologista en la psicología rige el quehacer científico de esta disciplina que desde la Segunda Guerra Mundial, se ha concentrado en el malestar, investigar acerca de las condiciones que lo generan y las posibles intervenciones para aliviar la psicopatología. El Dr. Seligman, busca en las bases epistemológicas de la psicología, referentes a otros campos de esta ciencia, recuperando los esfuerzos previos en cuanto a talento, bienestar, genialidad y salud. Dice que la mera ausencia de los síntomas no corresponde con un estado de salud, de la misma manera que aliviar el sufrimiento no conlleva a la felicidad, el florecimiento y el desarrollo del máximo potencial en el ser humano.
Nace, con base en los referentes de bienestar, crecimiento y plenitud, la psicología positiva, una nueva corriente que busca el estado óptimo del ser humano permitiéndole un incremento de las emociones positivas, la identificación y maximización de las fortalezas personales y el encuentro con el sentido ulterior en la vida. Surge la psicología de la felicidad que se vale del placer, de la sensación de compromiso y entrega, de la gratitud y esperanza, entre otros, para lograr el florecimiento del individuo, el crecimiento de la satisfacción con la propia vida y hasta la remisión de los síntomas de algunos estados patológicos como la depresión. En este último caso en el contexto de la aplicación clínica de la psicología positiva, ni la sintomatología ni las causas o errores que la propician son el foco de atención y en su lugar son aquellas características positivas, fortalezas, talentos, intereses, emociones positivas y el sentido en la vida, los factores a trabajar. El cómo es lo más interesante…
Las estadísticas respaldan la iniciativa del Dr. Seligman. Se conoce que EEUU, un 30% de las personas sufre o ha sufrido estados psicopatológicos moderados o severos, y se asume que esa cifra es representativa de otras sociedades en occidente. El anterior dato lleva a considerar que hay un 70% de la población al menos en EEUU, que desde el enfoque médico no es sujeto de intervención psicológica por no estar “enferma”. ¿Es acaso lógico que se desatienda a una población tan significativa, que se puede beneficiar particularmente de un incremento en su nivel de felicidad, satisfacción general y sentido en la vida? Además, ¿un cambio a nivel social en el que este 70% sea más feliz, más productivo y comprometido, no beneficiaría acaso al otro 30% de la población mediante relaciones interpersonales más satisfactorias, más y mejores redes de apoyo, menos estrés y ruido? ¿Tiene sentido que el psicólogo se dedique al malestar cuando lo que busca es el bienestar de sus pacientes?
Estamos ante un cambio que puede re conceptualizar la labor de la psicología en la sociedad y lograr verdadera y perdurablemente una mejora importante en la calidad de vida del ser humano.
Nace, con base en los referentes de bienestar, crecimiento y plenitud, la psicología positiva, una nueva corriente que busca el estado óptimo del ser humano permitiéndole un incremento de las emociones positivas, la identificación y maximización de las fortalezas personales y el encuentro con el sentido ulterior en la vida. Surge la psicología de la felicidad que se vale del placer, de la sensación de compromiso y entrega, de la gratitud y esperanza, entre otros, para lograr el florecimiento del individuo, el crecimiento de la satisfacción con la propia vida y hasta la remisión de los síntomas de algunos estados patológicos como la depresión. En este último caso en el contexto de la aplicación clínica de la psicología positiva, ni la sintomatología ni las causas o errores que la propician son el foco de atención y en su lugar son aquellas características positivas, fortalezas, talentos, intereses, emociones positivas y el sentido en la vida, los factores a trabajar. El cómo es lo más interesante…
Las estadísticas respaldan la iniciativa del Dr. Seligman. Se conoce que EEUU, un 30% de las personas sufre o ha sufrido estados psicopatológicos moderados o severos, y se asume que esa cifra es representativa de otras sociedades en occidente. El anterior dato lleva a considerar que hay un 70% de la población al menos en EEUU, que desde el enfoque médico no es sujeto de intervención psicológica por no estar “enferma”. ¿Es acaso lógico que se desatienda a una población tan significativa, que se puede beneficiar particularmente de un incremento en su nivel de felicidad, satisfacción general y sentido en la vida? Además, ¿un cambio a nivel social en el que este 70% sea más feliz, más productivo y comprometido, no beneficiaría acaso al otro 30% de la población mediante relaciones interpersonales más satisfactorias, más y mejores redes de apoyo, menos estrés y ruido? ¿Tiene sentido que el psicólogo se dedique al malestar cuando lo que busca es el bienestar de sus pacientes?
Estamos ante un cambio que puede re conceptualizar la labor de la psicología en la sociedad y lograr verdadera y perdurablemente una mejora importante en la calidad de vida del ser humano.
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